Hola amig@s.
En determinadas situaciones suele ser conveniente mirar afuera para entender lo que pasa adentro. Esto puede ayudar a contextualizar las cosas, verlas desde otra perspectiva y facilitar la aparición de ideas que favorezcan la resolución, o por lo menos, la comprensión (algo es algo…) de determinados problemas:En Madrid, capital uniprovincial de la ibérica "piel de toro", conocida como la "Villa y Corte" (quizá por ser el lugar donde se reúnen los mayores villanos de la Corte), famosa €UltUral/mente por poseer la mayor plaza de toros de España (el matadero de las Las Ventas del Espíritu Santo) y una de las más vergonzosamente grandes del mundo (las dos úes mayúsculas representan ambos Pitones de los Cuernos del triste y bravo Toro sobre cuya piel vivimos -no confundir con el término bravo, sinónimo de excelente, ni el de Toro con "torero", sinónimo de "artista"- , y la € todo el mundo ya sabe lo que significa…), pues bien, en Madrid, decía, hay dos tipos de Centros donde se imparte enseñanza musical de grado superior.
Bueno, siento las interrupciones de los paréntesis (no puedo evitarlos…).
Repito (a ver si soy capaz de ser más claro):
Ahí va…:
Decía que: en Madrid, hay dos tipos de Centros donde se imparte enseñanza musical de grado superior (lo logré…?):
Uno Público (al que llamaremos P para no confundirlo con el otro)
Y otro Privado (al que también llamaremos P para confundirlo con el otro)
Ambos forman parte de la contradictoria política económico/educativa que sufrimos por aquí; me refiero a la "política musical", no quiero entrar en otras políticas educativas donde, lamentablemente, los políticos, para desgracia de los jóvenes y regocijo de los empre$ario$, tienen las ideas muy claras. A falta de un nombre, podríamos llamar a este tipo de política, muy de moda en los últimos años, "política de las dos pes…", cuya pronunciación suena tan mal como su psignificado (que suena que appesta…).
Al grano:
El primero (con P, de Público…), es una triste especie de DGT musical: el alumno, simplemente, además de aprender (o que le enseñen) algunos de los contenidos "interesantes" que le ofrece el curriculum de la especialidad elegida, intenta "sacarse" (que triste concepto pedagógico…!) un "permiso" (eufe/místicamente llamado "título" -canjeable por una "licenciatura"-) que le posibilite, "en el menor tiempo posible" (nefasta influencia de la engañosa "educación musical televisiva"…), trabajar en su especialidad y, en el mejor de los casos, poder seguir aprendiendo a partir de su trabajo…, convirtiéndose en un profesional "competente" (no confundir con competitivo) en un futuro…
El segundo (con P de Privado -atención, este enlace puede herir grave/mente la sensibilidad de cualquier joven músico idealista…-), es un centro de "excelencia": el "Alumno" (léase aquí, alumno con "talento"), aparentemente, no quiere, ni necesita, ningún "carnet" o "permiso" que le acredite. Su talento, por sí mismo, le autoacredita como tal. Sólo quiere (si aún no lo es) ser un "artista", pero no un simple y mortal artista sino un Artista de calidad "Superior", "mejor que" los demás, y quiere ser reconocido, aplaudido y admirado universalmente (no sólo en su humilde pueblo de origen…), o sea como vulgarmente se dice: quiere ser "famos@", una "estrella", y, de paso, como tal "estrella", (piensa sotto voce…) también quiere que se le pague, de acuerdo con su estatus, por lo menos, unos…, pongamos…, + o -, 120.000 € anuales, como cualquier simple Director de Empresa Pública (perdón, quise decir Privada, -¿…o quise decir lo que dije?-, …vaya lío…!), + "bolos", + "desplazamientos", má$…, y +$…
Así pues, resumiendo, podría decirse que existen dos "clases" de músicos: el tipo E (de excelente) y el M (de, …digamos, …menos excelente), ambos inevitablemente interdependientes: para que exista uno es necesario que exista el otro, siendo que cuanto más excelente es uno, necesariamente menos ha de serlo el otro, ya que si ambos fueran iguales en excelencia desaparecería el concepto en sí mismo, y con ello el negocio (no confundir con trabajo…) que eso genera para unos pocos…
Tales EleMentos simbolizan la concepción ideológica de "excelencia", hoy día tan de moda, que fluye, de mentes polític@s, en nuestra poco provinciana €aPital, donde tales polític@s de mentes (perdón por la redundancia) estrechas, se saltan por el forro el hecho de que existe un principio de "igualdad ante la ley" que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos.
Incluso, visto desde fuera, quizá pueda parecer paradójico (perdón por las pes, no puedo con ellas cuando se aparean… - lo de ser músico, es la desgracia que tiene, uno acaba procesando las palabras más por su significado acústico que por el semántico, y al final no se entera de nada…: todo en esta vida tiene su precio!-) y, como decía, quizá también pueda parecer, des/€oncertante, el hecho de que algunos "profesores" compartan $ueldo en ambos Centros (las hipotecas no perdonan…), o que ambos Centros compartan alumnos de "excelencia" (con el fin de que éstos puedan sacarse el "carnet", aunque sea en una mierda -perdón por el eufemismo- de Centro Público…), pero así es la excelencia de la vida educativa y musical en esta Villanía.
No hay que tener demasiada excelencia mental para extrapolar este excelente principio a otros aspectos de la economía social y de la política educativa (por no hablar de nuestra enferma sanidad pública) para ver hacia donde se quiere que vayamos, y, de hecho, vamos, como atemorizados borregos…
(pequeño inciso)
Recuerdo una vez cuando, de niño, estudiaba música, con el fin de "convertirme" en un excelente ministril (ahora se dice músico, para que parezca algo más digno…); después de practicar con mi instrumento, durante horas, de forma compulsiva, el Hanon, (con lágrimas en los ojos y calenturas en el cerebro -que, por entonces, creía que se hallaba en las yemas de los dedos-) rezaba: "oj/alá Señor (refiriéndome a Dios, no a Hanon…) me hayas dado talento para esta difícil tarea, o, por lo menos, me hayas dado unos excelentes padres con unos Ex€elente$ re€urso$…, para poderla llevarla a cabo". Día tras día, se repetía la misma situación: tocaba, rezaba, tocaba, rezaba…"
Cuando, por fin, desperté de aquella pesadilla, respiré aliviado, y de forma repentina, dejé de creer en el señor Hanon y en Su Excelencia Divina, y en mi incredulidad una sonrisa inundó mi cerebro al darme cuenta de que Dios había oído mis oraciones, y me había iluminado revelándome su "inexistencia", haciéndome ver que Hanon no era el camino, y que para ser un buen ministril no tenía que convertirme en un gilipollas ni hacer estupideces, ni con mis dedos, ni con mi cerebro, ni con los excelentes recursos de mis pobres padres… (aquí creo que me he pasado un poco, pero…, lo siento, ya está escrito…, además, …tenía que poner algún paréntesis…!).
Bueno, el mensaje de aquel sueño, para mi, fue revelador. Ya dije al principio que en determinadas situaciones suele ser conveniente mirar afuera para entender lo que pasa adentro, y los sueños nos permiten mirar fuera de nosotros mismos, desde nuestro mundo interior, y a veces, de manera imprevisible, nos dan las soluciones a determinados problemas.
Me gustaría que pensarais que los sueños pueden ser colectivos.
Y que vuestros problemas "reverberan" lejos de donde estáis.
Cada vez que soñéis juntos despertaréis con nuevas ideas con las que solucionar vuestros (nuestros…, de todos…) problemas.
¿Por qué creéis que se os ha ocurrido ir a Vitoria al Parlamento?
¿No será porque tenéis un sueño común?
No dejéis que los políticos sueñen por vosotros: que no os roben los sueños…
Y, no os dejéis engañar, la excelencia no consiste en conseguir caer desde muy alto, sino en llegar muy lejos, cada uno a vuestra propia meta (no a la del vecino…), y llegar si es posible con una sonrisa dibujada por el tiempo en la cara…
Bueno, basta de tonterías, ya no se me ocurre nada más para daros moral y ánimo, me voy a acabar creyendo que soy vuestr@ ∏adre, y ya se me está empezando a abrir la boca, tanto hablar de "sueños", así que aquí os dejo un par de enlaces, para que soñéis, y a la cama, que mañana, 21, tenéis que madrugar…:
uno de los enlaces es un Pasodoble taurino (que sé que os gusta…). Por si tenéis que metérselo por "…las orejas" a algún político de turno que os quiera hacer alguna "faena": casualmente se llama "Plaza de las Ventas"
el otro es un libro: "Musical excellence" (creo que no necesita comentarios, bueno, sólo uno: pensar (no demasiado…) en quiénes son los "Contributors" -si pide password ya sabéis: "musikene"-)
Ánimo muchach@s, no estáis solos… (-:|· (lo siento pero no sé cómo ponerle la Txapela al emoticón este…, joder, meakedao un puto ertzaina, (…léase por antífrasis) ·|:-)