DICCIONARIO DE LA MÚSICA ESPAÑOLA E HISPANOAMERICANA | |||||||||
Sociedad General de Autores y Editores, 1999 | |||||||||
Acordeón. Instrumento musical polifónico de presión neumática que pertenece a la familia de los aerófonos. Su principio sonoro es la lengüeta metálica que vibra libremente. El acordeón consta de tres partes diferentes: 1) Un teclado o botonera cromática para la mano derecha, que puede llegara hacer sonar hasta seis octavas y media en los modelos de botones. | |||||||||
2) Un fuelle de cartón revestido con tela, que es el pulmón del acordeón; proporciona el aire necesario y con él se controla la presión del aire y se modela el sonido por medio del brazo izquierdo. 3) Una botonera para la mano izquierda, con un doble sistema en los modelos más evolucionados. El primero de ellos con seis hileras de bajos que puede llegar hasta 120 botones agrupados por quintas, donde a cada nota corresponde un acorde preparado, mayor, menor, de 7ª dominante y 7ª disminuida. El segundo sistema se acciona con una palanca denominada convertor, que transforma las cuatro hileras de acordes en bajos cromáticos, que pueden hacer sonar hasta 5 octavas, y las dos filas del interior para los bajos graves o pedales. Por otra parte, un juego de registros permite variar los timbres en los tres manuales. El número de éstos dependerá de las voces que tenga el acordeón para cada manual. En el teclado o botonera derecha, en el modelo de cuatro voces, pueden obtenerse hasta quince combinaciones diferentes con los registros de 4', 8' y 16'pies. En el manual de bajos compuestos de cuatro voces, de 2', 4', 8' y 16' pies, teóricamente se podrían obtener quince combinaciones, pero en la práctica no se pasa de siete registros. Y en el manual de bajos cromáticos, hasta el momento se emplea un máximo de tres voces, salvo excepciones, con tres posibilidades resultantes al combinar el registro de 16', 8' y 4' pies o el de 16', 16' y 4' pies. | |||||||||
En cuanto al origen del instrumento, el 6 de mayo de 1829 Cyrill Demian declaró haber descubierto con la colaboración de sus dos hijos Carlo y Guido, fabricantes de órganos y pianos en la Mariahilfstrasse de Viena, un nuevo instrumento que registró con el nombre de accordion. Así lo decidió en el último momento en lugar de llamarlo eoline, al haberse utilizado este último nombre en 1820 por Eschenbach para un instrumento de su invención. Según Demian, el accordion consistía en una pequeña caja sobre la cual se fijaban unas lengüetas metálicas y un fuelle fácilmente manejable. En él pueden interpretarse marchas, canciones y melodías incluso por ignorantes de la música después de un corto aprendizaje. El accordion de Demian tenía cinco botones cada uno de los cuales producía dos acordes, uno al abrir el fuelle y otro diferente al cerrarlo. Era, pues, un sistema bisonoro. Decía Demian: "Es un descubrimiento bien acogido por viajeros porque puede tocarse sin ayuda de una segunda persona". Al poco tiempo, el mismo año 1829, C. Wheatstone, de Londres, inventó la concertina al transformar su symphonium de boca en un instrumento de fuelle. Pero fue el accordion el instrumento que se impuso entre las numerosas invenciones que competían en esta época. | |||||||||
El antecedente del acordeón es el órgano de boca de origen chino. El órgano de boca es un aerófono cuyo funcionamiento se basa en el principio de la lengüeta libre. Su invención es atribuida al emperador chino Nyu-Kwa, en el tercer milenio antes de nuestra era, pero la sustitución de la lengüeta de caña por la lengüeta metálica data, según algunos autores, de unos 2.700 años a. C., durante el reinado del emperador Hang-si. El órgano de boca penetró en Occidente en la segunda mitad del s. XVIII, dando lugar a partir de 1800 a una familia completa de instrumentos de lengüeta libre metálica. En las primeras décadas del s. XIX se dieron a conocer diversos inventos como la mundharmonika de F. L. Buschmann en Berlín, en 1821, y después la armónica, el acordeón y el armonio; también F. L. Buschmann inventó el terpodion; su hijo C. F. L. Buschmann transformó la armónica en handaolina o armónica de mano en 1822, al unir las lengüetas metálicas a un fuelle por ser insuficiente el aire que se soplaba para hacer sonar el instrumento; pero fue Cyrill Demian quien finalmente registró el nombre de acordeón en 1829, en Viena. | |||||||||
A partir de este momento el acordeón se extendió por toda Europa. Uno de los primeros países en acogerlo fue Francia. Así, en 1831, Pichenot abrió un taller y realizó el primer método de acordeón. Pronto fue adoptado por la pequeña burguesía, que lo introdujo en sus salones. El acordeón prosiguió su evolución durante el s. XIX: también en 1831 Isoard Matthieu, constructor parisino, reemplazó los acordes que producía cada botón por dos sonidos independientes, uno al abrir y el otro al cerrar el fuelle. A partir de este momento el acordeón pudo hacer sonar dos escalas diatónicas. A. Reisner en 1831 montó un taller en París y escribió un método para acordeón de dos octavas diatónicas. El siguiente paso fue el poder obtener todos los sonidos abriendo o cerrando el fuelle. Esto se logró acoplando dos notas por cada botón. Finalmente, en 1834 Foulon construyó un modelo de dos octavas cromáticas llamado acordeón cromático. En 1835 A. Reisner editó un nuevo método con tonos y semitonos y dos años más tarde tocó el acordeón en el conservatorio, el teatro y el Hôtel de Ville de París. En 1840 Reisner mejoró el sistema y en 1841 ya circulaban más de una decena de métodos en París. En ese año el acordeón ya se había introducido en España. | |||||||||
I. España II. Argentina-Uruguay. III. Chile. IV. Colombia. V. Panamá. VI. Paraguay. VII. República Dominicana. VIII. Venezuela. | |||||||||
I. ESPAÑA. | |||||||||
Orígenes del acordeón en España. | |||||||||
Al parecer, el primer acordeón que se fabricó en España lo construyó Juan Moreno en 1841 en Madrid, según indica la Memoria de la Junta de Calificación de los productos de la industria española presentados en la Exposición Pública de 1841 (Madrid, 1841): "No es menos digno de aprecio D. Juan Moreno, de esta Corte, por el celo que ha manifestado presentando el acordion de dos octavas y media, señalado con el número 184 del catálogo. Este instrumento, de invención moderna y no muy generalizado todavía en España, nos hace sin embargo tributarios hasta cierto punto de la industria extranjera, y sería un señalado servicio para el país el conseguir perfeccionar su construcción en términos de sostener una ventajosa rivalidad. Por lo tanto la Junta cree deber premiarse con mención honorífica los buenos deseos y laboriosidad de dicho Sr. Moreno, autor del primer acordion construido en España, sin embargo de que deje todavía algo que desear para igualar a los que han debido servirle de modelo". Probablemente, los primeros acordeones que llegaron a España fueron franceses debido a la existencia de numerosos talleres de fabricación en el país vecino, y quizá fueron estos instrumentos los que le sirvieron a Juan Moreno como modelo. Así pues, se podría aventurar que el acordeón llegó a España en el lustro 1835-40. Por lo tanto, España fue uno de los primeros países europeos en conocer el acordeón después de Austria, Francia, Bélgica, Suiza y Alemania. Paradójicamente, el acordeón no llegó hasta 1863 a Italia, que fue donde se creó la industria más importante de fabricación de acordeones. | |||||||||
El acordeón en la segunda mitad del siglo XIX. | |||||||||
Cyrill Demian murió en 1847, cuando el instrumento que había inventado era bien acogido por las clases pudientes, estimado por su novedad y su asociación con lo moderno. En 1854 el vienés Mallhaüs Bauer inventó el acordeón piano, en el que los botones fueron sustituidos por un teclado, llamado el piano de los pobres. En este periodo el acordeón evolucionó al aumentar su tesitura y al añadirle en la parte izquierda cuatro botones que daban dos notas con dos acordes. Estos bajos permitían acompañar la melodía con dos sonidos graves y dos acordes de tónica dominante. En España, entre 1880 y 1890 el acordeón hizo furor con su presencia en las principales capitales del país. Y al parecer convivieron al mismo tiempo los acordeones de teclas y botones. En cambio, en la Europa de finales del s. XIX el acordeón vivió una lenta agonía. El instrumento se encontraba entorpecido por el abrir y cerrar del fuelle que era necesario para poder tocar todas las notas, lo cual lo limitaba en términos de interpretación musical. Fue en el pueblo italiano de Castelfidardo donde se inventó un sistema que conseguía suprimir el necesario abrir y cerrar del fuelle. Consistía en colocar sobre el mismo soporte dos lengüetas idénticas que daban el mismo sonido, una en una cara y la otra en la cara opuesta. Esto permitió el desarrollo de la botonera izquierda. Había nacido el acordeón unisonoro, y poco después, en 1897, Paolo Soprani, fundador de la industria italiana de acordeones, invento el sistema cromático para los bajos. En España el acordeón contaba ya a finales del S. XIX con artesanos que los fabricaban en Madrid, Barcelona y Valencia principalmente. | |||||||||
La fabricación nacional de acordeones. | |||||||||
Es conveniente señalar que los acordeones de fabricación nacional convivieron siempre junto con los que se importaban del extranjero. Desde 1880 hasta la guerra civil española (1936-1939) pueden contabilizarse más de una veintena de marcas de fabricación nacional. Una de las primeras ciudades españolas que tuvieron artesanos de acordeones fue Madrid donde Rafael Azañón los fabricaba en 1880. Sin embargo, fue en Valencia donde proliferó un mayor número de talleres de fabricación de acordeones, que llegaron a agruparse incluso en una misma calle, como es el caso de la calle Barcelonina, donde hubo hasta cinco talleres en este período de tiempo. También hubo en Barcelona y San Sebastián así como en otros lugares, como Palencia. Los fabricantes conocidos son los siguientes: | |||||||||
Valencia: El Cid, 1850; José Maria Abad, 1900; José Ballester, 1900; Julio Blasco, 1900; Clemente García, 1900; Alberto García (hijos de Clemente), 1913: M. y E. López Roma, 1913; Rafael Torres, 1913; Luis Tena, 1913; Rafael Pérez, 1913; Rafael Peris, 1929; Juan Morant, 1930. | |||||||||
Madrid: Juan Moreno, 1841; Rafael Azañón Caballero, 1880; Felipe Hernández, 1927; Manuel Labera, 1927. | |||||||||
Barcelona: Juan Ayné, 1890; Estanislao Blasco, I929; José Queralt, 1929; Luis Pitarch, 1930; Juan Arnau Sagués, 1930. | |||||||||
San Sebastián: Larrinaga, 1930-64. Durante estos años Larrinaga trabajó en solitario, pero en una época se asoció la marca italiana Guerrini. Al separarse, Guerrini se asoció con el alemán Keller en Zarauz (Guipúzcoa). Finalmente, Keller continuó en solitario fabricando acordeones con la marca Estrella. | |||||||||
Palencia: en 1907, según datos de Joaquín Díaz, el acodeonista Modesto Herrera tuvo un instrumento fabricado en Palencia. En esta ciudad existía un artesano de instrumentos llamado Cantera que tal vez pudo ser el constructor. | |||||||||
Galicia: Monteiro; Francisco Veira Vega (Pontevedra); Pozeiro. | |||||||||
Bilbao: José María Diéguez en 1953 construyó quince acordeones de forma artesanal, pero no aparece registrado como fabricante; Bellini (Celestino Rodríguez) comenzó en los años cincuenta a montar acordeones con los materiales recibidos de Italia. | |||||||||
También en Albacete debió de existir algún constructor de acordeones; y en Barcelona, Tomás Rodríguez fue probablemente el constructor de los acordeones con la marca Mozart sobre 1940. Finalmente, un documento que se refiere a fábricas y depósitos de acordeones en 1915, menciona la localidad de Mahón (islas Baleares). | |||||||||
Pero además de los acordeones de fabricación nacional es notable la cantidad de estos instrumentos que se importaron de otros países. Las principales marcas extranjeras que se introdujeron en España hacia 1900 fueron: | |||||||||
Alemania: Dienst, Leipzig; Kable, Berlin; Friedrich Schuster, Klingenthal; Zieger Kiessting, Altenburg; Gessner, Magdeburg: Schneider, Magdeburg; Teubner, Magdehurg; Schuster, Markneukirchen; Taubner, Markneukirchen; Wollram, Markneukirchen. | |||||||||
Francia: Boullay; Busson; Dernichel; Gaudet; Marchent; Masspachar; Mazza; Morhange; Neveux; Pegure et Plancoulaine; Stransky (Hermanos); Ullmann. | |||||||||
Bélgica: Darche (Hermanos); Feilitzsch; Pley; Scheerlinck; Scholler; Solari; Vander Meulen; Veek; Verbestel. | |||||||||
Argentina: Luis Drago y Cía; Maraccini; Schiaffino. | |||||||||
Estos datos permiten afirmar que a principios del s. XX el acordeón se había convenido ya en un fenómeno social que había llegado a todas las capas de la sociedad, y su masificación lo convirtió en un producto comercial. | |||||||||
La enseñanza del acordeón en España. Los primeros métodos españoles. | |||||||||
En 1890 aparecen dos métodos en España: 1º. Gran método práctico para acordeón. Hecho expresamente para aprender sin maestro por el primer profesor Celestino Pérez (Madrid. 1890, reeditado en 1940)). Contiene ochenta piezas y ejercicios progresivos, divididos en tres partes. Es un método para acordeón diatónico. Las dos primeras parles del método son para acordeón de un teclado, es decir, con una sola hilera de diez botones que al abrir el fuelle hace sonar una nota y al cerrar otra diferente. A partir del tercer botón siguen el siguiente orden: el primer botón, al cerrar Do y al abrir Re; el segundo botón al cerrar Mi y a abrir Fa, y así sucesivamente. Los dos primeros botones corresponden a las notas de octava baja. En la parte izquierda hay dos botones que dan un bajo con su acorde. La tercera parte del método está dedicada al acordeón de dos teclados. Uno en Sol mayor de diez botones y el segundo (en el interior) en Do mayor con nueve botones. La escala de cada teclado empieza en el tercer botón. El segundo botón en ambos teclados es para la octava baja, y el primero para los sostenidos o medios tonos. Este modelo tenía en la izquieda seis bajos. El primero y el segundo, empezando por la parte inferior, daban el bajo y el acorde para el teclado de Do mayor; los dos siguientes daban el bajo y el acorde para teclado en Sol mayor; y el quinto y sexto daban los bajos del tono de La menor. Además, en los extremos de abajo y arriba aparecen los botones que hacían de válvula de aire. Todo el método se aprendía por cifra. | |||||||||
2°. Nuevo y sencillo método de acordeón a sistema mixto sea por música y números, compuesto por A. Itramnas (Barcelona, Juan Ayné, diciembre, 1890). Contiene: advertencias preliminares a los ejercicios prácticos, parte teórica dirigida a los que no saben música, doce ejercicios, doce bailes, ocho piezas de distintos autores y una sonatina para dos acordeones. Está dedicado a acordeones de seis, ocho o diez teclas. Las explicaciones del autor son, en resumen: el teclado debía tocarse con cuatro dedos, colocando el pulgar dentro de la lazada para sostenerlo; algunos acordeones llevan llaves, otros pistones y otros teclas; en la parte izquierda con el meñique se toca el bajo y con el índice la armonía, mientras con el pulgar se pulsa el botón que da aire al fuelle. A estos acordeones los llamaba acordeones de sistema alemán. Al abrir el fuelle sonaba: Fa, Si, Re, Fa, La, Si, Re, Fa, La, Si, y al cerrar: Mi, Sol, Do, Mi, Sol, Do, Mi, Sol, La, Do. En los bajos, al abrir Sol y el acorde mayor, y al cerrar Do y su acorde mayor. Estos instrumentos se distinguen por dos sistemas: alemán y francés. En el sistema alemán el sonido más grave se produce cerrando el fuelle y en el francés abriéndolo. A estos dos métodos de 1890 les siguen: M. Baquero, Método de acordeón por cifra (Bilbao, L. Dotesio). En 1915, Método de acordeón, sistema Herrmann al alcance de todas las inteligencias sin necesidad de maestro (Madrid, Orfeo Tracio). Y en 1927, A. L. Almagro, Método completo teórico-práctico de acordeón (Madrid, Unión Musical Española). | |||||||||
El acordeón desde principios de siglo hasta su acceso a los conservatorios de música por el decreto del 10 de septiembre de 1966. | |||||||||
Al iniciarse el s. XX el acordeón era conocido por toda la población española, estaba al alcance de todos y por ello adquirió un carácter popular. Este fenómeno, que se inició a finales del siglo pasado, hizo cambiar la imagen del instrumento. Pasó a ser un instrumento rural y sirvió para interpretar los bailes de moda y las danzas y bailes tradicionales. A finales del s. XIX y comienzos del XX el baile a lo "agarrao" comenzó a imponerse en todas las regiones. Con el acordeón se tocaban las polkas, mazurkas, pasodobles y el valseo. Esto implicó que la iglesia condenase el acordeón por considerarlo un instrumento poco apropiado. Por ejemplo, en el País Vasco, la trixi-trixa (con junto de acordeón diatónico y pandereta) era conocida por inpernuko auspoa (fuelle del infierno). El conjunto se especializó en melodías de baile, como el fandango y la korrika. | |||||||||
En todas las regiones el acordeón se adapto a la música tradicional haciendo audibles las melodías, sones y tonadas heredadas de los mayores. Su presencia animaba las casas campesinas, donde casi todos sus miembros lo sabían tocar. Su presencia fue notable en todo el Pirineo entre los pastores de uno y otro lado. En la provincia de Lleida se difundió en torno a Arseguell. En Navarra, por Valcarlos y Laburdi; en Guipúzcoa, por la frontera con Francia; en Vizcaya, en torno Guernica por vía marítima. El acordeón estaba presente en todas las romerías y fiestas patronales. En Asturias se implantó en la zona occidental al no existir en estos con cejos la gaita de fuelle. En Zarreu, en 1915, lo introdujo una señora nacida en San Miguel de Laciana aunque ya era popular en los concejos comprendidos entre el Eo y el Navia. En la provincia de León, en las comarcas de Laciana, Babia y Omaña el acordeón gozó de una intensa actividad. En Valladolid destacó el acordeonista Modesto Herrera nacido en Piña de Esgueva en 1876, quien al parecer en 1921, 1922 y 1923 ganó un concurso celebrado en la provincia donde cada acordeonista era acompañado en las piezas populares por la caja. En Galicia se extendió por la zonas rurales y urbanas y acompañó al baile amarradiño mal visto por las gentes. En torno a 1930 el acordeón cromático comenzó a desplazar al diatónico. A partir de este momento ambos siguieron un camino diferente. El diatónico continuó en el ámbito de la música tradicional y el cromático, ideado por Paolo Soprani en 1897, abrió una vía nueva en el desarrollo del acordeón y se implantó en todo el mundo. | |||||||||
El acordeón cromático. | |||||||||
Parece ser que se introdujo en España alrededor de 1930. Este modelo, que puede ser de botones o teclado, debió de utilizarse en España con ambos sistemas, pero se generalizó el de teclado hasta la década de 1970, cuando en Guipúzcoa comenzó poco a poco a imponerse el de botones. En 1947 Tomás Rodríguez Márquez al volver de Francia creó el Instituto Mozart en Barcelona, un centro de enseñanza de acordeón por correspondencia, que se convirtió en academia de acordeón con abundante número de alumnos. Tomás Rodríguez realizó un gran número de transcripciones para acordeón y métodos pedagógicos. Al parecer construyó algunos acordeones con el nombre Mozart. En Madrid, Manuel Torres González creó una academia con el nombre de Escuela Española de Acordeón, que continúa con sus hijos Mario y Javier Torres. A partir de 1945 volvieron a surgir nuevos métodos de acordeón: Método para acordeón-piano de A. Almonacid (Barcelona, Boileau. 1945); Método de acordeón por cuadernos, de Mario de Andrés (Madrid, 1951): Método de acordeón de Leturiaga y Maxi (Madrid. Unión Musical Española, 1955); Acordeón en 10 capítulos (para teclado, piano y botones, cromático) (Barcelona, Ed. AS. 1958); Curso de acordeón por correspondencia, de Julián Monteagudo. En torno a 1950 apareció una generación de acordeonistas que interpretarían temas folclóricos y partituras italianas originales para acordeón. Entre ellos destacaron Pepe Yanci y José Sáenz Garmendia, conocido por Pepe Andoain. Ambos compusieron e interpretaron temas folclóricos para acordeón; Fermín Gurbindo, nacido en Abalos (La Rioja) en 1935 se dedicó exclusivamente al acordeón y con él recorrió España para hacer que llegase a todos los públicos. Realizó también una labor pedagógica y escribió un método de acordeón. Enrike Zelaia, como akordeolari (acordeonista) de Alsasua (Navarra), interpretaba, al acordeón preferentemente música vasca. Comenzó profesionalmente tras el éxito de unas grabaciones en 1966. Miguel Bikondoa Elicegui fue desde principios de los sesenta profesor de acordeón clásico en Guipúzcoa tras obtener un premio internacional de acordeón. | |||||||||
El decreto del 10 de septiembre de 1966 (artículo 5, apartado D) incluye el acordeón en los planes de estudio de los conservatorios. El primer conservatorio en implantar la enseñanza oficial de acordeón fue el Conservatorio Superior Municipal de Música de Barcelona, siendo el profesor José Manuel García Pérez. El siguiente conservatorio fue el de San Sebastián, gracias a Francisco Escudero, con Mikel Bikondoa de profesor titular, y posteriormente se ha hecho asignatura en casi todos los conservatorios españoles. | |||||||||
El acordeón desde 1966. | |||||||||
Guipúzcoa se convirtió a partir de entonces en la provincia con mayor afición al acordeón, existiendo acordeonistas de folclore y los que tenían una formación académica. Entre los profesores destacan: Bikondoa, José Antonio Hontoria, que fue el primero en tener un modelo de bajos cromáticos en 1975, Jesús María Esnaola y Carlos Iturralde. | |||||||||
Los contactos internacionales con España. | |||||||||
En julio de 1984 el concertista y pedagogo francés Max Bonnay impartió un curso de acordeón en San Sebastián, impulsando la joven escuela vasca; volvió luego en varias ocasiones. También impartieron clases Jacques Mornet, Friedrich Lips, Semionov, y Dimitriev, de la escuela rusa, y Mogens Ellegaard de Dinamarca. En la joven generación de acordeonistas que surgió de este movimiento están, entre otros, Amaia Liceaga, Garbiñe Balerdi, Ángel Luis Castaño, María Victoria Urruzola, Aitor Furundarena, Elixabete lllarramendi, Josune Otxotorena, Flor Fernández, Iñaki Alberdi e Iñaki Diéguez. En el folclore han destacado Joxean Goikoetxea y Jesús María y María Victoria Esnaola, que han grabado dos discos. | |||||||||
Repertorio de obras de compositores españoles para acordeón. | |||||||||
Además de los métodos mencionados existe un abundante número de transcripciones para acordeón sin bajos cromáticos de fragmentos de obras populares, piezas de folclore originales y adaptaciones. Con la aparición de los bajos cromáticos se han escrito obras de mayor interés. En el campo del folclore destacan Enrike Zelaia, Pepe Yanci, Pepe Andoain y Jesús María Esnaola. Fermín Gurbindo compuso alrededor de ochenta obras. entre las que se cuentan Safari, Lauburu o la Fantasía parar acordeón. J. de Orúe compuso las Dianas de San Fermín para canto y piano, que se editó para acordeón, y recopiló canciones populares vascas, Euskadiren Ahotsak, que fueron acompañadas por acordeón. Guillermo Lazcano escribió Gaztelu Zar, fantasía sobre temas populares vascos para acordeón, en 1975 José lgnacio Luzuriaga, Herri Alaia, Itsas Jokoa, y José Luis Marco un Preludio fuga, y unas invenciones para acordeón. Otros, como Igoa Mateos, Tito Marcos, Mario Torres, Guerrero Carabantes o A. Vázquez, han escrito para acordeón. Jaime Padrós, alumno de Darius Milhaud, ha utilizado el acordeón en la música de cámara. Bogdan Precz, concertista y compositor en activo. ha escrito varias suites para niños, una obra para flauta y acordeón, un concierto para acordeón y orquesta de cuerda, Triphtongos, para acordeón y orquesta sinfónica, y otras piezas para acordeón solo. Bogdan, de origen polaco y afincado en Madrid, desarrolla un interés especial por las composiciones para acordeón. Francisco Escudero compuso en 1974 la Fantasía geosinfónica, para orquesta de acordeones, y Francisco Cano, en 1990, una Pequeña suite iberoamericana, para acordeón y orquesta. | |||||||||
Asociaciones. | |||||||||
Ha tenido mucha influencia para el desarrollo del acordeón en España el trabajo realizado por distintas asociaciones de acordeonistas. Pueden citarse: la Confederación Guipuzcoana del Acordeón, fundada por Mikel Bikondoa y continuada por distintos profesores de Guipúzcoa, que con su labor ha llegado en 1993 a organizar un concurso internacional que reúne a las figuras más importantes del Acordeón; la Asociación Madrileña de Amigos del acordeón. fundada por Manuel Torres; la Asociación Cantábrica de Acordeonistas; la Asociación Castilla-La Mancha del Acordeón; la Asociación Asturiana del Acordeón. El acordeón en España, al igual que en el resto del mundo, ha pasado por períodos de aceptación y rechazo, desde que en un principio fuera bien acogido por 1a burguesía hasta que su uso lo convirtiera en un instrumento popular. El desarrollo de dos teclados similares le ha permitido ser reconocido como un instrumento musical y olvidar la definición del musicólogo Pedrell, quien arguyó que no era un instrumento válido para la música y que su abuso lo había convertido en incómodo. Con todo, siempre ha contado con admiradores, como Pío Baroja, quien en 1906 le dedicó el Elogio sentimental del acordeón. | |||||||||
II. ARGENTINA-URUGUAY. | |||||||||
Al acordeón más sencillo, el diatónico, con una sola hilera de diez botones, se le denomina en Uruguay y Argentina con el nombre de verdulera, y en la jerga rural, a este modelo y al de dos hileras, se les denomina cordiona. El acordeón de dos hileras con 21 botones para el registro melódico posee ocho o doce bajos. Se apoya sobre una o ambas piernas del ejecutante, y a veces se asegura de su hombro derecho por medio de una correa de cuero sujeta a la caja derecha del instrumento. En virtud de los materiales empleados en la construcción del acordeón y de la complejidad de su mecanismo, nunca fue construido por artesanos urbanos ni rurales; siempre se ha importado de Alemania e Italia. Las cajas de los acordeones más antiguos se construían de madera, posteriormente se las fabrica en metal esmaltado. | |||||||||
En la cuenca rioplatense comenzó a usarse el acordeón partir de 1850; en Montevideo se anuncia su venta en el periódico El Comercio del Plata el 2 de diciembre de 1852. Desde su llegada al país se extendió por el ámbito rural, sustentando casi todas las especies coreográficas populares entonces: polka, mazurka, chotis, vals, ranchera, pericón, maxixa y, ya en el s. XX, milonga, pasodoble, foxtrot, dombe y tango. | |||||||||
En el departamento de Canelones tuvo una función específica durante el Carnaval: acompañar las comparsas a caballo que recorrían los pueblos y ranchos de la campaña. Aunque normalmente la verdulera se usa sola en los bailes rurales para la ejecución de piezas del repertorio popular bailable, también se utiliza fuera de las reuniones bailables como instrumento de entretenimiento o para acompañarse el instrumentista en alguna canción o bien integrando un conjunto con la guitarra, su acompañante normal, en ocasiones similares a las mencionadas. El instrumento fue introducido en territorio argentino por la inmigración europea del s. XIX difundiéndose primero en la región del litoral. Las primeras referencias documentales demuestran que en las últimas décadas del s. XIX era frecuentemente ejecutado por mujeres, pasando luego, en el s. XX. a manos masculinas. No puede faltar en la música propia de las provincias de esa región (Entre Ríos, Corrientes y Misiones), cuyas características estilísticas contribuyó a establecer; es integrante importantísimo de los conjuntos que proveen la música para los bailes populares, solo o integrando distintos tipos de conjuntos (acordeón y guitarra; acordeón a botones, acordeón a piano y guitarra; acordeón a botones y / o piano, bandoneón y guitarra; con intervención, en algunos casos, del contrabajo), y en la actualidad se ha extendido su uso virtualmente a todo el país, fundamentalmente acompañado de guitarra y / o bombo. En la zona del litoral se escucha en chamamés, chamarritas, chotis y polkas; en el área pampeana, en rancheras, valses y polkas; en el centro y norte, en gatos, chacareras y escondidos, y en Cuyo, en jotas, gatos y cuecas. | |||||||||
III. CHILE. | |||||||||
El de mayor uso en la cultura folclórica musical chilena es de tamaño pequeño y la emisión de sus sonidos se efectúa mediante la presión de botones, no de teclas, por lo que este aerófono también es denominado acordeón de botones, y en algunas localidades rurales cordeona. Habitualmente se ejecuta para acompañar cantos y danzas, sea solo o junto a la guitarra, a veces con distintos tipos de bombo, apareciendo excepcionalmente el empleo de más de un acordeón. Su introducción en Chile a través de viajeros y colonos, principalmente alemanes, se hizo ostensible avanzada la segunda mitad del s. XIX, incorporándose con rapidez al repertorio instrumental de la música folclórica chilena. Su dispersión geográfica abarca todo el país, destacándose la intensidad de su función social en áreas rurales del centro y de la zona sur, en ésta, particularmente, en el archipiélago de Chiloé. Su función y la forma de ejecución varían regionalmente: en lugares del norte acompaña danzas de ceremoniales festivos, como sucede en San Pedro de Atacama, II Región; en el valle central los acordeonistas de la tradición folclórica tocan y cantan predominantemente cuecas, con una técnica simple, pero de seguro y claro equilibrio entre lo armónico, lo melódico y lo rítmico, con una interpretación vocal que tiende al registro agudo. En Chiloé, X Región, con finalidades tanto rituales como de mero entretenimiento, su técnica es, por lo general, rudimentaria, con una suerte de adaptación mecánica del instrumento a las necesidades de la expresión regional, con un peculiar politonalismo, por superposición de melodías y armonías de diversa tonalidad, prevaleciendo una simplicidad armónica sobre la base del juego de tónica y de dominante, La gran mayoría de sus ejecutantes pertenece al sexo masculino. En los últimos años su vigencia ha disminuido de una manera notable, a causa de la paulatina desaparición de sus piezas de repuesto y, por lo tanto, también de las casas dedicadas a reparar los daños que sufre esta clase de acordeón, así como del aumento creciente del uso del gran acordeón con teclado o acordeón-piano, cuya función y cuyo repertorio aún no lo sitúan, en rigor, en la cultura folclórica. | |||||||||
Este hecho. que de agudizarse haría peligrar su pervivencia, da gran interés al estudio etnomusicológico del acordeón folclórico chileno, instrumento inconfundible, entre otras cualidades, por su estilo de ejecución casi entrecortado y por su especial efecto tímbrico. | |||||||||
IV. COLOMBIA. | |||||||||
El acordeón es un instrumento fundamental en la trilogía folclórica de la música vallenata de Colombia, al lado de la guacharaca o raspador y de la caja o tambor pequeño. Sustituyó a la guitarra, que fuera utilizada en los primeros tiempos de este tipo de música, a pesar de que todavía es usada de manera ocasional. El acordeón vallenato es el modelo patentado en Viena en 1829, con las reformas introducidas en el mismo por los fabricantes alemanes, franceses e italianos del s. XIX: instrumento diatónico, distinto al cromático más moderno y que obedece a la escala del piano. Este acordeón es popularmente llamado acordeón de pitos y bajos, por oposición al acordeón-piano. El arribo de este instrumento europeo a la región del Cesar y del sur de La Guajira, zona de surgimiento de la música vallenata, es impreciso. Algunos autores relacionan su llegada con el oficio del contrabando, existente en la región desde los tiempos hispánicos del monopolio del comercio americano, violado siempre por británicos, holandeses y franceses a partir de las Antillas Menores. Un cargamento de acordeones habría entrado por el puerto de Riohacha, a lo largo del río Magdalena, para continuar hasta el interior del país; se habría quedado en la población de El Paso (departamento del Cesar), puerto alterno sobre los ríos Ariguaní y Cesar, de donde se diseminó por las planicies vallenatas entre los cantadores tradicionales, desplazando a la guitarra. Según otras hipótesis, el arribo pudo tener lugar con las inmigraciones alemanas del s. XIX a Colombia, que terminaron con el asentamiento de tudescos en la región santandereana. La teoría se fundamenta en la proliferación de acordeones de fabricación alemana y en el hecho de que los inmigrantes germanos llegaron, invitados por el entonces Gobierno federal de Colombia, para orientar la educación en las escuelas normales (pedagógicas), a fines del s. XIX, en fecha coincidente con la existencia comprobada del uso del acordeón que, según el investigador Antonio Brugés Carmona, estaba plenamente aceptado en el año de 1885. El uso del acordeón en el departamento del Magdalena se relaciona con comerciantes e inmigrantes franceses -abundan sus apellidos en la región-, a quienes el instrumento pudo acompañar en su peregrinaje. El probable origen alemán estaría fortalecido por la circunstancia de que antes de las inmigraciones referidas a tierras santandereanas había estado funcionando por el río Magdalena una compañía naviera alemana propiedad de Juan B. Helbert que remontaba el río transportando pasajeros y mercancías, ya en 1824. A partir de 1855, al menos cuatro o cinco barcos llevaban tabaco de Ambalema y otros centros productores hasta el puerto de Bremen, en Alemania, y de allí retornaban con mercancías vendibles en América. Toda vez que por entonces se había decretado la libertad arancelaria en Colombia, quizás entre esas mercancías llegaron acordeones, los cuáles se fueron distribuyendo a lo largo del valle del Magdalena. De hecho, este instrumento no es exclusivo de la zona vallenata sino que abunda en los pueblos de las riberas magdalenenses. De cualquier modo, como instrumento popular y folclórico es notoriamente fundamental sólo en la música tradicional del Cesar y sur de La Guajira; en otras regiones puede ser utilizado sin esta connotación específica, del mismo modo que lo son otros instrumentos melódicos. Es bastante probable que el acordeón se popularizara en Colombia, como en otros lugares de América, a partir de 1870, cuando Alemania hizo promoción del mismo con motivo de la guerra y el desmantelamiento de las industrias francesas. Los alemanes invadieron el mercado con un tipo de estos instrumentos, de tosca construcción y muy baratos, y desde entonces este país ha sido el primer proveedor. Vale la pena mencionar que, en las últimas décadas del s. XX, compañías japonesas han estado produciendo los los tradicionales acordeones de pitos y bajos destinados casi exclusivamente al mercado colombiano, único que los consume, además de los acordeones-piano que vienen de los países europeos. Respecto a sus características, hay que decir que el primer acordeón que apareció por tierras del Magdalena tenía una hilera de botones para dejar escapar el aire y dos bajos que eran tocados con los dedos índice y meñique. Posterior mente apareció otro con diez teclas y dos bajos y luego otro más con dos hileras de diez teclas en linea paralela. El acordeón de dos teclados era accionado con una palanca para hacer el tránsito de tonos agudos hacia una octava grave y viceversa, con ocho botones en los bajos. El modelo siguiente ya no tenía palanca y era manejado, en cuanto a tonos se refiere, a voluntad del ejecutor y con mayor libertad, puesto que no había necesidad de controles mecánicos. Del acordeón biteclado se pasó al de tres hileras de teclas, con paralelos de treinta y una teclas en los pitos y doce bajos. En relación con el tipo de ejecución instrumental, ya que el músico popular y folclórico aprende de oído y de manera autodidacta, lo acordeoneros empiezan su aprendizaje con piezas que denominan mochos. El novato escoge una y la repite de manera incansable; según sea el número de hileras de teclas del acordeón, los intérpretes las utilizan con un orden determinado en los bajos y una correspondencia constante. de modo que 1a hilera externa se intercala con los cuatro botones superiores de los bajos; la hilera del medio hace juego con los cuatro botones centrales y la última se entona con las cuatro teclas inferiores de los bajos. Al interpretar, predominan los bajos externos. Es considerado buen tocador quien abre lo menos posible el fuelle, pero le sabe extraer una mayor riqueza sonora; mal músico es quien abre demasiado el fuelle. | |||||||||
Los intérpretes denominan registro a un tipo de introducción que ejecutan al comienzo de cada pieza o en los intervalos, siempre la misma, constante y característica en cada acordeonero. Se trata de una forma de situarse auditivamente en su propia y particular tonalidad, a la que a menudo adaptan la voz. Es una especie de marca de identidad, perfectamente reconocible por los entendidos. La llamada "rutina", a su vez, término de la jerga musical vallenata, no es otra cosa que el mismo estilo particular del músico. No todos poseen rutina, sólo los más experimentados y brillantes. Los ejercicios de improvisación son denominados pases y pueden ser sólo de pitos, sólo de bajos o combinaciones de unos y otros. La interpretación del legendario compositor e intérprete Alejo Durán se hizo famosa por la utilización de los bajos. Los músicos vallenatos llaman "transporte'' a la habilidad para limar físicamente los pitos al acordeón hasta producir un sonido que se acopla a la voz de su dueño, el instrumento pierde así su sonido de origen y adquiere identidad propia. Otra forma de transporte se realiza mediante habilidad manual al ejecutar, que denominan toque transportado. El objeto del transporte es diferenciarse radicalmente de otros tocadores y, además, impedir que un acordeonero distinto o contrincante pueda utilizar el instrumento propio. Otro tipo de habilidad, consistente en desplazar los dedos de una hilera de teclas a otra sin distorsionar el tono, es denominada reparto. La dispersión del acordeón en la geografía musical colombiana no se limita a la región del Cesar y sur de La Guajira, existe también el llamado acordeón sabanero, propio de las sabanas de Córdoba, Sucre, Bolívar y el Magdalena, que se utiliza en un tipo de música diferente, que no puede confundirse con la música vallenata. Puya, merengue, son, paseo y tambora son los ritmos importantes que se ejecutan con este instrumento en el complejo del vallenato. | |||||||||
V. PANAMÁ. | |||||||||
El acordeón se ha convertido en el principal instrumento solista y concertante en las interpretaciones de las cumbias y danzas del Darién y la Chorrera, compartiendo con el cantor la primicia melódica. Su función es muy importante en los conjuntos de danzas de proyección folclórica y en los conjuntos de bailes populares de jorones y jardines. | |||||||||
VI. PARAGUAY. | |||||||||
El acordeón llegó a Paraguay con la inmigraciones europeas de fines del s. XIX y se incorporó a los conjuntos populares, sustituyendo a veces al violín o el arpa. Dada la complejidad de su construcción, no se fabrican acordeones en Paraguay. Después de décadas de liderazgo fue suplantado, a comienzos del s. XX, por el moderno bandoneón, que se integró con los demás instrumentos de la orquestas típicas. Como virtuosos del instrumento destacaron Papi Orrego. Negro Ayala, Fortunato Caballero, Antonio Aguilar, Augusto López Palma y Papi Meza. | |||||||||
VII. REPUBLICA DOMINICANA. | |||||||||
Fue introducido en Santo Domino, en Santiago de los Caballeros (1880), por los comerciantes españoles Bernabé Morales y Joaquín Beltrán integrándose desde entonces en el típico conjunto de tambora, güiro y maraca, sustituyendo al cuatro y al tres, instrumentos de cuerda hoy desaparecidos. Por sus limitaciones, el acordeón restringió el desarrollo armónico de la música tradicional y popular dominicana. | |||||||||
VIII. VENEZUELA. | |||||||||
Con el nombre de cuereta se conoce en la región oriental de Venezuela, particularmente en el área del golfo de Cariaco, estado de Sucre, un acordeón de botones de fabricación industrial que goza de amplia popularidad. Sus dimensiones son menores que las de los acordeones normales y utiliza un teclado doble de botones, uno melódico que corresponde a la mano derecha y otro para los bajos a cargo de la mano izquierda. Entre las marcas de mayor uso está el Hohner, de doce botones para los bajos y treinta y tres botones para las melodías. La ejecución de este instrumento, integrada en la tradición popular, es un caso poco común en Venezuela, y se presume que su ingreso y difusión en el Oriente venezolano se debe a una inmigración de corsos e italianos que se instalaron en dicha región hacia finales del s. XIX y principios del XX. En esta zona la cuereta forma parte del conjunto instrumental con que se interpreta el joropo, el golpe y el estribillo oriental, y es el instrumento más importante en la agrupación, ya que lleva la melodía y sirve de puntal y guía en los cambios rítmicos típicos del repertorio regional. Habitualmente, en el resto del país este papel lo desempeña la mandolina. El grupo instrumental lo completan el cuatro, que aporta el acompañamiento armónico, y las maracas con la caja, que suministran el apoyo rítmico. | |||||||||
BIBLIOGRAFIA: IAC; IMEF; C. Vega: Los instrumentos musicales aborígenes y criollos de la Argentina, Buenos Aires, Centurión, 1946; L. Ayestarán: Teoría y práctica del folklore, Montevideo, Arca. 1968, Qualiton (ed.); Folklore musical y música folklórica argentina, Buenos Aires, Qualiton, 1968; A. Henríquez: Organología del folklore chileno, Santiago, Ed. Universitarias de Valparaíso, 1973; Relevamiento etnomusicológico de la República Oriental del Uruguay, música folklórica del Uruguay, Montevideo, Ministerio de Educación y Cultura, 1979; J. Ramos Martínez: "El acordeón, origen y evolución", Revista de Folklore, 173, Valladolid, 1995, 155-61. | |||||||||
I.
JAVIER RAMOS MARTÍNEZ
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II.
WALTER GUIDO/YOLANDA VELO
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III.
MANUEL DANNEMANN
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IV.
FERNANDO IRIARTE MARTíNEZ
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V.
LESLIE R. GEORGE
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VI.
LUIS SZARÁN
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VII.
MARGARITA LUNA
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VIII.
CARLOS GARCíA CARBÓ
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